Mascarillas, test de antígenos y vacunas, las veces que han chocado los Gobiernos de Ayuso y Sánchez

Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez, durante la reunión que han mantenido en la sede de la Comunidad de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez, durante la reunión que han mantenido en la sede de la Comunidad de Madrid.
Emilio Naranjo / EFE
Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez, durante la reunión que han mantenido en la sede de la Comunidad de Madrid.

La emergencia sanitaria vinculada a la pandemia del coronavirus ha marcado por completo la actualidad del último año y, sin duda, está siendo un elemento protagonista de la campaña electoral que arranca el próximo domingo 18 en Madrid.

La omnipresencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en estos últimos días anticipa la posibilidad de que las elecciones del 4-M pueda convertirse en un cara a cara entre él y la presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del PP para la reelección, Isabel Díaz Ayuso, con el virus como pilar fundamental de la disputa.

Las dos maneras, casi opuestas, que han tenido uno y otra de enfrentarse a la pandemia provocará que socialistas y populares hagan bandera de sus respectivos modelos de gestión.

Esta semana, se vivió el último episodio de este cara a cara sanitario entre ambos dirigentes. Desde la Comunidad de Madrid se propuso abrir la vacunación con AstraZeneca a menores de 60 años que quieran hacerlo de forma voluntaria, medida que todavía Sanidad debe confirmar.

Cierre de los colegios

El 9 de marzo de 2020, Madrid decretó el cierre de los colegios para el 11. En aquella fecha los nuevos casos se habían triplicado en sólo 24 horas y la capital ya era el mayor foco de positivos detectados.

Ese mismo día, el exministro de Sanidad, Salvador Illa, detalló que en todas las zonas que fueran entrando en esa categoría de "transmisión alta" se adoptaría la misma medida de suspensión de clases. Pocos días más tarde, las comunidades de Cataluña, Galicia, Murcia, País Vasco, Navarra, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Cantabria, Asturias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Melilla decidieron suspender la actividad lectiva en todos sus centros educativos.

Sin tasas a "vuelos sanitarios"

Ayuso defendió que no era lógico que los aeropuertos cobrasen tasas a los aviones que traían material sanitario. Madrid se lo pidió a Sánchez en la Conferencia de Presidentes del 29 de marzo. Cuatro días después, el 2 de abril, AENA acordó hacerse cargo de ello.

Fin a las actividades deportivas

Días antes de la declaración del estado de alarma, la mandataria madrileña advirtió de la urgencia de suspender las competiciones deportivas.

El máximo organismo del fútbol, la FIFA, optó por esta vía. El 11 de marzo, el Gobierno regional decretó el cierre. Mientras tanto, desde el Ejecutivo nacional decidieron mantener su autorización a grandes concentraciones.

El foco de las peluquerías

A su vez, la líder regional pidió que las peluquerías cerrasen porque eran un foco de contagio muy importante. Un día antes de entrar en vigor el decreto del estado de alarma, Ayuso cerró las peluquerías.

Por su parte, desde Moncloa aseguraron que las peluquerías podían permanecer abiertas "por razones de higiene" y por la intención de alterar solo lo mínimo posible la vida de la gente.

Rescatar a las empresas

Por otro lado, la presidenta madrileña alertó del error que supondría dejar de lado a los autónomos y empresarios que estaban teniendo pérdidas diarias y que necesitaban ayuda frente a la pandemia.

Desde el cierre de toda la actividad no esencial a mediados de marzo, reclamó ayudas para autónomos así como para pequeñas y medianas empresas, solicitando que fuera el Gobierno el que asumiera sus cuotas a la Seguridad Social.

Semanas después, el 31 de marzo, el Consejo de Ministros aprobó una moratoria de seis meses. Madrid se posicionó en contra de la moratoria y, fruto de ello, en el paquete regional de medidas económicas, se aprobó pagar las cuotas de marzo y abril de los autónomos madrileños.

Menús a familias vulnerables

La presidenta madrileña también defendió que empresas de comida como Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes podrían ayudar a la administración a llevar alimentos a los alumnos de familias vulnerables.

En un primer momento, el Gobierno de Sánchez, no lo autorizó pero más tarde si. En apenas un mes, la iniciativa llegó a 116 municipios con una media 3.800 menús diarios.

Hoteles para maltratadas

La jefa del Ejecutivo madrileño mantuvo que se debía cambiar la orden ministerial que decretaba el cierre de los hoteles durante la pandemia. Según su diagnóstico, se podrían utilizar sus instalaciones para dar alojamiento a los sanitarios, a los turistas atrapados y a las mujeres víctimas de violencia de género.

Dos días después, el Consejo de Ministros que los alojamientos turísticos pudieran albergar a víctimas de violencia de género y a sus hijos durante el estado de alarma.

Falta de mascarillas

Ayuso lamentó de forma reiterada que a los gobiernos autonómicos no se les dejaba comprar material sanitario. La Comunidad estuvo comprando antes de la implantación del mando único el 14 de marzo.

El 20 de marzo, la 'popular' denunció esta situación: no llegaban mascarillas suficientes. Moncloa acabó autorizando la compra autonómica. A partir de ahí, en apenas dos semanas, llegaron a Madrid cuatro aviones con más de 332 toneladas de material. Por su parte, desde el Gobierno nacional se realizó un primer envío con cerca de 1,2 millones de mascarillas el sábado 28 de marzo al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Controles en Barajas

Además, la mandataria reclamó que era necesario pedir test en origen en los aeropuertos. El Gobierno nacional no lo consideraba fundamental en ese momento, pero después de seis meses lo avaló. Aunque sólo era obligatoria la prueba PCR en origen a los visitantes de países considerados de riesgo.

Posteriormente, al conocerse la existencia de una una nueva cepa del virus en Reino Unido, la presidenta madrileña exigió el cierre de los vuelos con este país. Moncloa tardó varios días en estudiarlo pero al final optó por este cierre. Ahora, se ha demostrado que la variante británica del virus entró en Madrid por Barajas.

Confinar zonas básicas de salud

Asimismo, la presidenta optó por restricciones en áreas más pequeñas, como las zonas básicas de salud. Una medida que para el Gobierno de Sánchez aseguraba que incitaba a discriminar y segregar a los barrios más vulnerables. Para Moncloa, en ese momento lo mejor errar realizar un cierre total.

Hospital Isabel Zendal

Cuando otras autonomías montaban hospitales de campaña, en Madrid se inauguró el Hospital Enfermera Isabel Zendal, un "icono de la sanidad" para Ayuso, como un elemento esencial a la hora de descongestionar el resto de hospitales de Madrid.

Para la oposición, este hospital daba "miedo" porque creían que no reunía las condiciones laborales ni sanitarias para el funcionamiento de un hospital. Por el momento, Sánchez no ha ido a visitarlo.

Test masivos

Ayuso planteó que los test masivos a la población eran la mejor estrategia para localizar al que contagia y que el resto de la gente pudiera hacer su vida normal. En septiembre, Madrid adquirió 5 millones de test rápidos de antígenos para centros hospitalarios y de Atención Primaria. La Comisión Europea terminó recomendando su uso a todos los países de la Unión.

Cierre perimetral por días

Un conflicto más fue cuando la líder regional pidió a Moncloa que permitiese a Madrid cerrar perimetralmente la región por días y no por semanas, ya que creían que lo mejor era cerrar lo "imprescindible".

Por el otro lado, a vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, avanzó que el Ejecutivo central no haría cambios en el decreto para reducir el plazo de los confinamientos perimetrales, que estaba en siete días. Tras desacreditar la propuesta, finalmente Sánchez permitió que Madrid cerrara sólo los puentes de Todos los Santos (2 de noviembre) y de La Almudena (9 de noviembre).

Vacuna rusa Sputnik

Apenas unos días antes, se conoció que el equipo de Ayuso mantuvo conversaciones con los responsables de la vacuna rusa Sputnik con el fin de acelerar su eventual llegada a Madrid en el caso de que ésta reciba la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).

Por su parte, el Gobierno nacional no tenía en su hoja de ruta incluir esta vacuna al proceso de inoculación ya que se encontraba fuera del marco sanitario europeo.

El Ejecutivo regional advirtió que no iba a haber suficientes vacunas sino se aceleraba el ritmo de llegadas de fármacos, y por ahora, después de la paralización de la vacuna de Janssen, por varios casos de trombos que se han producido tras su utilización en EEUU, se está poniendo en duda que en agosto esté el 70% de la población vacunada, como prometió Sánchez.

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